Desde los distintos lugares que me tocó ocupar siempre luché por el ideal de un mundo más justo, mucho más justo del que vivimos tantos años.
Cuando apareció Néstor, y ahora Cristina, empecé, como tantos otros, a creer que eso era posible. Como a tantos otros, me devolvieron la esperanza, la ilusión del futuro, la alegría de compartir con tanto pueblo.